Ana y Gabriela: Letras que llevan a otros mundos.
POR JUAN CAMILO VIVAS VELÁSQUEZ.
Todo periodista debe tener en cuenta un valor fundamental en la ética periodística: La objetividad, es decir, ser totalmente imparcial y no mostrar preferencias al momento de abordar un tema, o de cubrir un hecho noticioso.
Pese que haré un esfuerzo titánico por hacer una reseña objetiva, soy cociente de que mi objetividad en estas líneas no será de fiar, ya que le guardo un gran aprecio y admiración a Diana Socha Hernández, por ende, sería fácil concluir que mi opinión positiva sobre su obra, "Fuimos Extrañas" es resultado del vínculo afectivo que forjé con ella siendo su estudiante en mi alma mater, la Universidad Sergio Arboleda.
Empero, señor lector, le va a tocar hacer el esfuerzo de creerme que genuinamente disfruté la obra, y que aunque abordaré de forma objetiva "Fuimos Extrañas" me reservo el derecho de dejar una opinión mayoritariamente positiva.
A modo de síntesis, esta es una novela que requiere ser leída con atención, o más bien con concentración, ya que inicialmente da la impresión de ser narrada a dos voces, es decir, dos protagonistas que toman turnos siendo la voz narradora en primera persona alternándose en cada capítulo. Sin embargo, quien en realidad lleva toda la narración es Gabriela, ya que las partes que son narradas por Ana, y que están igualmente en primera persona, sólo se trata de la protagonista leyendo el diario de su abuela, la co-protagonista de la historia.
Ana, una mujer de edad, se encuentra en la sala de un hospital a punto de partir, "En las últimas" como dice el argot popular, requiere a su nieta para informarle que entre sus pertenencias hay un cuaderno de color rojo. Desde entonces, la línea narrativa de la novela se bifurca en dos. Las vivencias de Gabriela, y las vivencias de Ana, plasmadas en el cuaderno que Gabriela carga con sigo del cual le comparte al espectador.
Evidentemente, la historia de Ana, está ambientada muchos años atrás, conocemos a una Ana que vive su juventud durante la época de la violencia bipartidista, y aunque inicialmente pareciera que nos topamos con una novela genérica para chicas adolescentes, encontramos algo muy especial: Ana tiene la habilidad de viajar a otras realidades paralelas si se concentra demasiado; y quiero abrir un paréntesis en esta parte.
La historia logra que dentro de una lectura llevada a cabo por la protagonista (Gabriela leyendo el diario de Ana) se cuenten tres historias al mismo tiempo; la historia de Gabriela en "la vida real" del libro, la historia de Ana plasmada en su diario, el cuaderno rojo, y dentro de lo que se encuentra plasmado en dicho manuscrito, sus viajes a la realidad alternativa. Esto podría parecer algo irrelevante, pero que a Diana Socha, su pluma le permita escribir tres historias al mismo tiempo y de forma tan nítida; sin generar confusión al lector y que a su vez las tres historias sean parte del mismo hilo narrativo, deja en evidencia la habilidad literaria que ella posee, ya que dicha proeza, no debe ser para nada fácil de realizar; como dicen, más fácil decirlo que hacerlo, y aquello, muestra talento nato, y experiencia en la escritura. Lo digo porque, al menos para mí, incluso mantener la coherencia en un relato totalmente lineal, es decir, donde sólo se cuenta una historia a la vez, representa un reto relativamente grande. Y una inversión considerable en materia gris. y Si alguien cree que el talento en la escritura es una proeza menor, lo reto a que produzca una historia al menos con un cuarto de la calidad que tiene "Fuimos Extrañas".
Cierro paréntesis. A lo largo de la trama, Gabriela se da a la tarea investigar el tema de teletransportarse, como hace su abuela en el diario; al tiempo que le toca lidiar con la vida de una joven común y corriente ( romance, universidad, etc) mientras que por supuesto, debe cuidar de Ana, lo que le requiere estar visitándola en el hospital.
Lo interesante es ver la "doble vida" por falta de un término más acertado, que lleva Ana; su realidad, y el mundo paralelo al que viaja del cual dejó registro en el cuaderno rojo. En uno vive exactamente igual a su nieta, pero es una adolescencia ambientada en los años 50, en el otro, de acuerdo a su testimonio, ella toma control sobre un clon de su persona, en una utopía donde lleva una vida perfecta. Conforme se avanza en las tres historias, vemos que Gabriela debe lidiar con un novio inmaduro y patán, mientras que Ana, al momento de llegar a su adultez, tiene que padecer a un marido abusivo, alcohólico, maltratador, celoso y que en lugar de tratarla como su cónyugue, o compañera de vida, la trata como un objeto, no es exagerado afirmar que un saco de boxeo, ya pese a ser sólo texto, para uno como lector, es indignante leer el maltrato físico y psicológico al que Ana es sometida.
En aras de incentivar la lectura de "Fuimos Extrañas" me abstengo de contar su nudo y desenlace, empero, sólo menciono que en la parte más emocionante de la trama, los tres mundos interactúan entre sí de una forma brillante, sorprendente e inesperada.
El libro relativamente corto, se podría sin problema leer en una tarde, ya que la historia es entretenida, atrapa, y es llevadera. Además, cada copia está a un precio bastante accesible. Por lo cual, no hay excusa para privarse de tal deleite literario. Una historia que sin problema podría llevarse al cine.
Sería irresponsable llegar a asumir una conclusión, o decir que como "até cabos" tengo la verdad absoluta sobre la intención o el propósito de la novela. Hay varios elementos en la obra, que me hicieron especular sobre su objetivo; En primer lugar, la protagonista comparte muchas características con Diana Socha; le gusta Soda Estéreo, es lectora de Piedad Bonnet, le gusta el vino, y lleva libros consigo cuando va de viaje; En segundo lugar, en las entrevistas que Diana ha concedido, se menciona que hubo un trabajo de investigación respecto a su abuela en la vida real y de ahí nació el libro, "fuimos extrañas" es decir, abuela y nieta, eran desconocidas entre sí. Y en tercer lugar, Gabriela da cierre a la narración diciendo que ella es la autora de la obra; además de que varios personajes son tocayos de personas mencionadas en los agradecimientos del libro.
Como lo dije, es irresponsable concluir o decir que porque logré extraer estos elementos, tengo la verdad absoluta sobre la intención de la obra, tal vez Diana está rindiendo tributo a su abuela, tal vez Gabriela es un alter ego de su persona, o tal vez, la autora está intentando decir algo a través de su novela, pero la razón que sea, la simple intención de repercutir en la vida real, hace que "Fuimos Extrañas" sea una novela, no sólo interesante, sino también valiosa.
Pese que haré un esfuerzo titánico por hacer una reseña objetiva, soy cociente de que mi objetividad en estas líneas no será de fiar, ya que le guardo un gran aprecio y admiración a Diana Socha Hernández, por ende, sería fácil concluir que mi opinión positiva sobre su obra, "Fuimos Extrañas" es resultado del vínculo afectivo que forjé con ella siendo su estudiante en mi alma mater, la Universidad Sergio Arboleda.
Empero, señor lector, le va a tocar hacer el esfuerzo de creerme que genuinamente disfruté la obra, y que aunque abordaré de forma objetiva "Fuimos Extrañas" me reservo el derecho de dejar una opinión mayoritariamente positiva.
A modo de síntesis, esta es una novela que requiere ser leída con atención, o más bien con concentración, ya que inicialmente da la impresión de ser narrada a dos voces, es decir, dos protagonistas que toman turnos siendo la voz narradora en primera persona alternándose en cada capítulo. Sin embargo, quien en realidad lleva toda la narración es Gabriela, ya que las partes que son narradas por Ana, y que están igualmente en primera persona, sólo se trata de la protagonista leyendo el diario de su abuela, la co-protagonista de la historia.
Ana, una mujer de edad, se encuentra en la sala de un hospital a punto de partir, "En las últimas" como dice el argot popular, requiere a su nieta para informarle que entre sus pertenencias hay un cuaderno de color rojo. Desde entonces, la línea narrativa de la novela se bifurca en dos. Las vivencias de Gabriela, y las vivencias de Ana, plasmadas en el cuaderno que Gabriela carga con sigo del cual le comparte al espectador.
Evidentemente, la historia de Ana, está ambientada muchos años atrás, conocemos a una Ana que vive su juventud durante la época de la violencia bipartidista, y aunque inicialmente pareciera que nos topamos con una novela genérica para chicas adolescentes, encontramos algo muy especial: Ana tiene la habilidad de viajar a otras realidades paralelas si se concentra demasiado; y quiero abrir un paréntesis en esta parte.
La historia logra que dentro de una lectura llevada a cabo por la protagonista (Gabriela leyendo el diario de Ana) se cuenten tres historias al mismo tiempo; la historia de Gabriela en "la vida real" del libro, la historia de Ana plasmada en su diario, el cuaderno rojo, y dentro de lo que se encuentra plasmado en dicho manuscrito, sus viajes a la realidad alternativa. Esto podría parecer algo irrelevante, pero que a Diana Socha, su pluma le permita escribir tres historias al mismo tiempo y de forma tan nítida; sin generar confusión al lector y que a su vez las tres historias sean parte del mismo hilo narrativo, deja en evidencia la habilidad literaria que ella posee, ya que dicha proeza, no debe ser para nada fácil de realizar; como dicen, más fácil decirlo que hacerlo, y aquello, muestra talento nato, y experiencia en la escritura. Lo digo porque, al menos para mí, incluso mantener la coherencia en un relato totalmente lineal, es decir, donde sólo se cuenta una historia a la vez, representa un reto relativamente grande. Y una inversión considerable en materia gris. y Si alguien cree que el talento en la escritura es una proeza menor, lo reto a que produzca una historia al menos con un cuarto de la calidad que tiene "Fuimos Extrañas".
Cierro paréntesis. A lo largo de la trama, Gabriela se da a la tarea investigar el tema de teletransportarse, como hace su abuela en el diario; al tiempo que le toca lidiar con la vida de una joven común y corriente ( romance, universidad, etc) mientras que por supuesto, debe cuidar de Ana, lo que le requiere estar visitándola en el hospital.
Lo interesante es ver la "doble vida" por falta de un término más acertado, que lleva Ana; su realidad, y el mundo paralelo al que viaja del cual dejó registro en el cuaderno rojo. En uno vive exactamente igual a su nieta, pero es una adolescencia ambientada en los años 50, en el otro, de acuerdo a su testimonio, ella toma control sobre un clon de su persona, en una utopía donde lleva una vida perfecta. Conforme se avanza en las tres historias, vemos que Gabriela debe lidiar con un novio inmaduro y patán, mientras que Ana, al momento de llegar a su adultez, tiene que padecer a un marido abusivo, alcohólico, maltratador, celoso y que en lugar de tratarla como su cónyugue, o compañera de vida, la trata como un objeto, no es exagerado afirmar que un saco de boxeo, ya pese a ser sólo texto, para uno como lector, es indignante leer el maltrato físico y psicológico al que Ana es sometida.
En aras de incentivar la lectura de "Fuimos Extrañas" me abstengo de contar su nudo y desenlace, empero, sólo menciono que en la parte más emocionante de la trama, los tres mundos interactúan entre sí de una forma brillante, sorprendente e inesperada.
El libro relativamente corto, se podría sin problema leer en una tarde, ya que la historia es entretenida, atrapa, y es llevadera. Además, cada copia está a un precio bastante accesible. Por lo cual, no hay excusa para privarse de tal deleite literario. Una historia que sin problema podría llevarse al cine.
Sería irresponsable llegar a asumir una conclusión, o decir que como "até cabos" tengo la verdad absoluta sobre la intención o el propósito de la novela. Hay varios elementos en la obra, que me hicieron especular sobre su objetivo; En primer lugar, la protagonista comparte muchas características con Diana Socha; le gusta Soda Estéreo, es lectora de Piedad Bonnet, le gusta el vino, y lleva libros consigo cuando va de viaje; En segundo lugar, en las entrevistas que Diana ha concedido, se menciona que hubo un trabajo de investigación respecto a su abuela en la vida real y de ahí nació el libro, "fuimos extrañas" es decir, abuela y nieta, eran desconocidas entre sí. Y en tercer lugar, Gabriela da cierre a la narración diciendo que ella es la autora de la obra; además de que varios personajes son tocayos de personas mencionadas en los agradecimientos del libro.
Como lo dije, es irresponsable concluir o decir que porque logré extraer estos elementos, tengo la verdad absoluta sobre la intención de la obra, tal vez Diana está rindiendo tributo a su abuela, tal vez Gabriela es un alter ego de su persona, o tal vez, la autora está intentando decir algo a través de su novela, pero la razón que sea, la simple intención de repercutir en la vida real, hace que "Fuimos Extrañas" sea una novela, no sólo interesante, sino también valiosa.